Recorrer los caminos de ronda que hay en la Costa Brava es una de las mejores formas de descubrir el litoral de la provincia de Girona.
Hoy queremos hablarte de uno de los más bonitos: el que une la playa de Sant Pol (Sant Feliu de Guíxols) con la playa de Sa Conca (S’Agaró), un tramo rodeado por una cuidada vegetación.
¡Te encantará!
Un poco de historia del Camí de Ronda
Antes de comenzar a explicarte el recorrido, te contaremos el origen de los caminos de ronda de la Costa Brava.
En un inicio, se crearon como puntos estratégicos de observación desde los que era posible detectar los peligros que llegaban por el mar. También servían para unir núcleos habitados de la costa y para llegar a zonas aisladas como, por ejemplo, los faros.
A partir del siglo XX, estos senderos que discurren por el litoral se empezaron a considerar espacios turísticos, perfectos para disfrutar caminando de la naturaleza y del aire libre.
¡A caminar!
Si haces este camino de ronda, andarás unos 4 kilómetros (entre la idea y la vuelta) bordeando casas señoriales y lujosas urbanizaciones en primera línea de mar.
Se trata de una ruta lineal que fue reacondicionada por el arquitecto Rafel Masó en el año 1916. Está muy bien adaptada y es adecuada para toda la familia.
Para realizar este trayecto no es necesario llevar calzado deportivo, ya que es un tramo de terreno ancho y prácticamente llano. Aunque pasarás por algunas escaleras, el itinerario es bastante cómodo y muy agradable para hacer en cualquier momento del día.
El recorrido empieza en la Playa de Sant Pol, una bonita bahía abierta al mar y muy conocida por un palacete que cuenta con nueve torres de puntas afiladas, la Casa de les Punxes. Por el camino, pasarás por los Banys de S’Agaró, donde verás unas pintorescas casetas de colores que forman parte del paisaje mítico de la Costa Brava. Muy cerca de ellas, verás un elegante restaurante llamado la Taverna del Mar, todo un referente en la gastronomía de la zona.
A continuación, pasarás al lado de un hotel y luego llegarás a la Punta d’ En Pau, lugar en el que se encuentra la Caleta del Racó de Llevant (un espacio para tomar el sol, el cual suele estar poco concurrido en verano).
Seguidamente, te toparás con la Cala Pedrosa, un bello y salvaje enclave con aguas transparentes y suelo pedregoso. Más adelante pasarás junto al primer chalé que se construyó en la Urbanización de S’Agaró en 1924, la Loggia de Senya Blanca.
Otra joya del camino que tendrás la oportunidad de contemplar es el mirador de los Esculls de la Font, desde el que se tienen unas magníficas vistas del Mediterráneo y desde donde ya se divisa nuestro destino, la Playa de Sa Conca. Sigue hacia adelante y podrás disfrutar, por fin, de esta estupenda playa que ofrece numerosos servicios y que, como su nombre indica, tiene forma de semicircunferencia.
Antes de regresar al punto de partida de esta excursión y de dejar atrás la playa de Sa Conca, te recomendamos darte en ella un refrescante baño que te llenará con la energía del mar de la costa.
¡Que lo disfrutes!
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