Palamós es, posiblemente, una de las poblaciones más bonitas de la Costa Brava. Un lugar que goza de prestigio internacional y que, año tras año, atrae a turistas de todo el mundo.
Aquí se encuentra el Castell de Sant Esteve de Mar, un punto clave que debes conocer si visitas Palamós y sobre el que te vamos a hablar a continuación. ¡No te lo pierdas!
Unas ruinas dignas de ser visitadas
El Castell de Sant Esteve de Mar se sitúa al borde de un acantilado, a la izquierda de la Playa de la Fosca.
Lo encontrarás en un lugar alejado del núcleo urbano, justo al final del precioso camino de ronda que va desde la Playa de la Fosca hasta la Playa de Es Castell. Lo primero que te llamará la atención cuando veas el castillo es su perfil, ¡es inconfundible!
Estamos ante los restos de una fortificación construida a partir de una villa romana que, a su vez, fue levantada sobre un asentamiento íbero.
El castillo fue mencionado por primera vez en un pergamino del 1063, el cual se conserva en el Monasterio de Sant Pere de Galligants.
En su día, el Castell de Sant Esteve de Mar se convirtió en un sitio muy destacado en la zona. Jugó un papel primordial en las batallas que se libraron en este territorio con el propósito de dominar la Corona de Aragón. Uno de estos combates fue el de “les Formigues” (“hormigas” en catalán), unos pequeños islotes próximos a este punto.

El origen de la villa de Palamós
En 1277, el castillo fue comprado por Pere II El Gran con el fin de construir un puerto para sus barcos, ya que desde aquí se obtenía un gran control de toda la línea marítima y de la bahía. Es importante mencionar que este acontecimiento histórico marca el origen de la villa de Palamós.
Berenguer de Cruïlles lo adquiere en 1394, con la intención de reconvertirlo en una masía. Sin embargo, al no cesar los ataques por parte de piratas argelinos y turcos, el edificio siguió ejerciendo ocasionalmente funciones defensivas.
Con el paso de los años, la masía fue empleada únicamente para realizar tareas agropecuarias. A mediados del siglo XX, esta es abandonada. Así dio comienzo el proceso de degradación del edificio en el que mucho tuvo que ver el estar al lado del mar y el sufrir constantes inclemencias meteorológicas.
En la actualidad, el castillo es propiedad del Ayuntamiento. Este se encarga de su conservación como Bien Cultural de Interés Nacional. Se han rehabilitado los muros, acondicionado los accesos y saneado el entorno.

Recuerda que el Museo de la Pesca organiza visitas guiadas al Castell de Sant Esteve de Mar que permiten pasear por su interior y conocer todos los detalles de su historia. ¿Te apuntas a la siguiente?
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