¿Qué te parece hacer un plan en familia para despedir el mes de enero?
Sigue leyendo atentamente porque hoy te hablamos de una excursión al Paratge de Tudela que combina un poco de ejercicio con mucho entretenimiento al aire libre. ¡Comenzamos!
Un entorno único
El Paratge de Tudela se encuentra en el norte del Cap de Creus y es uno de los espacios naturales más importantes del territorio catalán a nivel geológico, botánico y marino.
Se trata de un lugar idóneo para pasar una buena jornada al aire libre, ya que destaca por estar repleto de rincones maravillosos, por contar con rocas espectaculares y por la interesante fauna que vive en él.
Hace algunos años, este entorno protegido que vemos hoy formaba parte de un complejo residencial de vacaciones. Tras aprobarse un plan de restauración, comenzó un proceso de recuperación ambiental que finalizó en 2010. Durante esta etapa se derribaron todos los edificios, se retiraron las plantas invasoras y se acondicionaron los caminos para que los visitantes pudieran acceder fácilmente a este sitio.
En la actualidad, estamos ante un enclave único a escala mundial. Tanto es así que Salvador Dalí quedó prendado por él y llegó a crear en 1929 una obra inspirada en la roca Cavallera. En el año 1969, el pintor de Figueres dedicó unas palabras a este lugar tan peculiar de la Costa Brava: “Es un paraje mitológico que está hecho para dioses más que para hombres y debe continuar como está”.
Disfruta de la excursión
La ruta que te proponemos hacer por el Paratge de Tudela es ideal para disfrutar de una mañana o una tarde en familia paseando al lado del mar. Está muy bien señalizada y tiene numerosos elementos informativos que ayudan a complementar la experiencia.
El itinerario es de aproximadamente seis kilómetros. Este es muy fácil de realizar, no supone dificultad ni para los adultos ni para los niños. Puesto que el sendero es de suelo firme y carece de complicaciones, no es necesario que llevéis calzado específico de montaña.
Comenzaréis la excursión en el aparcamiento que hay en la entrada del Paratge de Tudela, donde está el mirador del Camell. Deteneos en este punto y fijaos en una roca en particular: un gran pedrusco con forma de camello descansando y mirando hacia el mar.
Continuad el camino hasta llegar al mirador del Pla de Tudela. Sabréis que habréis llegado a él cuando veáis dos enormes cubos de hierro colocados a modo de balcón, los cuales representan los edificios de la antigua ciudad turística.
Más adelante, os toparéis con el mirador de la Gran Sala. Aquí hay una exposición que narra la historia del lugar y muestra los elementos clave que configuran la zona. Seguidamente, os espera el mirador de la Isla de Portaló y un banco en el que os podréis sentar a contemplar la costa y su amplia variedad de estructuras rocosas.
En el siguiente tramo, la mayoría de las rocas erosionadas tienen increíbles colores y formas curiosas que recuerdan a animales: un águila, un elefante, un conejo, etc.
Al final de este agradable paseo, encontraréis un fantástico emplazamiento: la Cala Culip. Bañarse en sus aguas es un verdadero placer, así que ya sabéis donde daros un chapuzón el próximo verano.
Te animamos a recorrer junto a tu familia este increíble entorno geológico que no os dejará para nada indiferentes. 😉
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