Hoy queremos recomendarte una actividad que es ideal para compartir una mañana o una tarde en familia en esta época del año. Se trata de hacer una visita al Castell de Palafolls o, mejor dicho, a lo que queda de él.
¡Empezamos!
Localización
El castillo se encuentra en Palafolls, un municipio que pertenece a la comarca del Maresme y que limita con las localidades de Malgrat de Mar, Tordera y Blanes.
Concretamente, está situado en lo alto del “Turó del Castell”, a 188 metros de altura. Desde allí se observa parte de las comarcas colindantes, además del Mar Mediterráneo.
Usando un GPS podrás llegar al castillo sin apenas complicaciones, ya que el camino está muy bien indicado. Hay una zona habilitada para aparcar, así que no tendrás problemas para dejar tu coche.
El acceso al edificio es gratuito y sus restos han sido acondicionados para hacerlos totalmente visitables.
Historia
A pesar de que el Castell de Palafolls está muy cerca del mar, su función inicial no era la de proteger al pueblo de los ataques piratas.
Este edificio de carácter militar, construido entre los siglos X y XVI, fue concebido para vigilar los alrededores del río Tordera y el camino real de Girona a Barcelona por la costa.
En sus inicios, el castillo era muy pequeño. Dada su importancia, en el siglo XIII se decide ampliar el primer recinto y, posteriormente, se crea el segundo. Hoy día, se pueden apreciar restos de los dos.
Fue vendido y ocupado varias veces y en el año 1477 regresó a manos de su familia original. En aquel entonces la persona que lo compró fue Anna de Cabrera.
Durante el siglo XVI, la fortaleza sufre una nueva reforma con un objetivo claro: acondicionarla para poder hacer frente a las incursiones piratas.
Ya en el siglo XVII cae en desuso. A partir de ese momento, va teniendo diferentes propietarios hasta que en 1880 se convierte en propiedad del Estado español.
Las ruinas del castillo
Hoy, los vestigios del Castell de Palafolls nos dan una idea de cómo era la vida en palacio en aquellos tiempos y nos revelan el uso que tenían sus diferentes dependencias.
La planta del castillo es rectangular. El emplazamiento y los pronunciados desniveles de la montaña determinan la ubicación de las áreas del edificio. Así, las masas de construcción más fuertes y destacadas se agrupan en la cumbre hacia la zona sur. Sin embargo, el recinto exterior se prolonga hacia el norte cubriendo toda la longitud del plano alargado.
Podemos ver una puerta que da acceso al núcleo central de la obra, unos arcos de lo que se cree que era un gran salón y una cisterna cubierta con bóveda de cañón. En la parte trasera se comprueba que la torre de vigilancia ha sido reparada.
Lo más fácil de identificar es la capilla del castillo, ya que se encuentra en muy buen estado. Esta fue restaurada a principios del siglo XX y todavía tiene restos de pinturas románicas en el ábside.
El espacio inferior es de época gótica. Forma una gran plaza de armas. Es un área que conserva algunos muros y lo que queda de una torre cuadrada.
En la actualidad, los trabajos de limpieza y rehabilitación realizados nos permiten pasear con seguridad por todo el terreno. Cabe destacar que el castillo está catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional.
Si te gusta la historia y hacer excursiones para descubrir nuevos lugares, te recomendamos mucho que visites el Castell de Palafolls. ¡Te encantará!
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