Palamós es uno de los destinos turísticos más visitados de la Costa Brava.
Esta villa marinera conquista cada año a los turistas por su gastronomía, por su amplia oferta de ocio nocturno y por su fantástico Museo de la Pesca. Pero hay algo más que, sin duda, atrae a los visitantes cada verano: sus hermosas playas y calas.
Por ello, hoy queremos hablarte concretamente de 5 de sus mejores calas. ¡Toma nota porque ya te están esperando!
Cala Canyers
Ubicada a unos kilómetros al norte de Palamós, entre la playa del Castell y Cala Estreta, se halla una bonita cala que ofrece un entorno natural con abundante vegetación.
Se trata de Cala Canyers, cuyo acceso tan solo se puede realizar a pie a través de un sendero. Al llegar te encontrarás un espacio de sesenta metros de longitud por veinticinco metros de anchura compuesto por arena gruesa y rocas. Te llamarán la atención un par de barracas de pescadores en las que antiguamente los trabajadores del mar guardaban sus utensilios.
Es el lugar perfecto para relajarse, para disfrutar de las vistas y para sacar al explorador que llevas dentro. Ponte un calzado adecuado para proteger tus pies de las rocas, coge tus gafas de bucear y estarás listo para descubrir los tesoros que hay bajo el agua.
Cala Estreta
A unos ocho kilómetros de la población de Palamós, se encuentra Cala Estreta.
Esta cala, en la que se permite el nudismo, está situada en un entorno absolutamente natural, ya que pertenece al Espacio de Interés Natural Castell-Cap Roig.
Mide poco más de cien metros y está divida en dos partes por un saliente rocoso bastante espectacular denominado La Roja. Uno de sus principales atractivos es una antigua barraca de pescadores que se localiza en uno de sus extremos.
Para poder llegar a la cala será necesario hacer una caminata de entre veinte y treinta minutos desde la playa del Castell. Aunque se trata de un paseo importante, el esfuerzo merece mucho la pena.
Cala S’Alguer
Cala S’Alguer presume de concentrar un alto valor paisajístico en muy pocos metros.
Envuelta por bosques de pinos que llegan hasta el mar, en ella destacan diversas casetas de pescadores. Estas antiguas construcciones típicas de la costa se caracterizan, en este caso, por tener las ventanas y las puertas pintadas con colores alegres.
El agua está muy limpia y es tan transparente que puedes ver el fondo del mar a la perfección, incluso es posible contemplar especies difíciles de encontrar en la Costa Brava como, por ejemplo, los corales.
En definitiva, Cala S’Alguer es un pequeño paraíso que te dejará un recuerdo imborrable. Cuando estés en él entenderás por qué fue declarado por la Generalitat Bien de Interés Cultural en 1972.
Cala de La Fosca
La Cala de la Fosca es un amplio arenal de agua cristalina.
Se encuentra dividida en dos mitades por una gran roca de color negro, “la fosca” (“la oscura” en castellano). Así, a cada lado de este elemento del paisaje, tenemos una playa: a un lado, la playa de la Fosca y, al otro, la playa de Sant Esteve de la Fosca.
Tiene trescientos veinte metros de longitud y su arena es fina y dorada. Cabe mencionar que sus aguas son poco profundas, por lo que es una cala estupenda para ir con niños.
Muy cerca de ella se extiende un agradable paseo marítimo con unas bonitas casas de mitad del siglo XX en primera línea de mar.
La Cala de la Fosca cuenta con el distintivo de Bandera Azul, el cual reconoce la excelencia, la seguridad y la calidad de este lugar.
Cala Foradada
Estando en la playa del Castell, puedes aprovechar para visitar una cala escondida muy cercana, Cala Foradada.
El acceso no es fácil, puesto que está justo debajo de un acantilado. Por esta razón, durante los meses de julio y agosto suele estar casi desierta.
Si eres de espíritu aventurero, puedes optar por bajar a pie, pero debes hacerlo con sumo cuidado y nunca con niños. Aún así, nosotros te recomendamos llegar por mar alquilando un kayak, es mucho más seguro.
Es importante señalar que una de las mayores particularidades de Cala Foradada es la que le da nombre: una roca agujereada que se puede atravesar a nado.
Te encantará si eres de esas personas que prefieren no exponerse al sol en exceso, ya que media cala está prácticamente a la sombra.
Como ves, Palamós ofrece calas para todos los gustos en las que darte mil y un chapuzones. Ahora que ya conoces algunas de ellas, no dejes de visitarlas si tienes la oportunidad de pasar unos días en esta bonita localidad.
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