Si eres amante de la naturaleza, de las alturas y del deporte al aire libre seguro que te encantará hacer una vía ferrata. Hoy queremos hablarte de esta actividad que te permitirá conocer, de una forma única y divertida, una preciosa zona de acantilados situada en la Costa Brava. ¡Sigue leyendo a ver si te animas!
Un itinerario sobre el mar
¿Sabías que la vía ferrata Cala del Molí fue la primera vía ferrata que se construyó en Europa junto al mar? Se localiza en Sant Feliu de Guíxols, dentro de la zona del Pla d’Espais d’Interès Natural de Catalunya y ofrece una aventura con impresionantes vistas panorámicas, bonitos paisajes y fauna diversa.
La dificultad del recorrido es media. Se extiende a lo largo de casi tres kilómetros y se estima que éste se completa en un tiempo de entre dos y cuatro horas. La travesía, básicamente transversal, tiene el valor añadido de que transcurre en un acantilado sobre el mar.
El camino posee dos tramos claramente diferenciados. El primero es el más sencillo porque la escalada es prácticamente horizontal y de poca altura. El segundo tramo es un poco más complicado puesto que la vía coge más altura y se vuelve más dura siendo necesaria tanto una mayor técnica como una mayor fuerza de brazos.
Durante el recorrido pasarás por encima de un tronco, por tres puentes tibetanos y por un puente nepalí. De todos los puntos clave nombrados anteriormente, el puente nepalí es el más delicado de todos debido a que se mueve bastante. Algunos ferratistas novatos pueden tener sensación de inseguridad al atravesarlo. Sin embargo, al ser bastante corto, tan solo hay que armarse de valor, respirar hondo y seguir adelante para cruzarlo sin problemas.
Las paredes de granito naranja y de cuarzo son una auténtica maravilla ya que, en contraste con los tonos azules del mar, regalan una imagen digna de una postal.
Lo que debes saber
Una vía ferrata se podría definir como una modalidad deportiva que se encuentra entre el senderismo y la escalada.
Es un itinerario deportivo que discurre por rocas y acantilados y que se realiza yendo equipado con material específico. Se necesita ir vestido con ropa confortable que permita el libre movimiento. También hay que llevar puesto guantes tipo ciclista, casco, arnés y calzado cómodo. Éste ha de ser flexible, de suela gruesa y firme para evitar los resbalones. No es recomendable usar modelos muy rígidos. En todo caso, si no se dispone de un calzado fabricado para el contacto directo con la roca, es preferible usar zapatillas de montaña.
La ruta está provista de cables, cadenas, puentes, peldaños, clavijas, rampas, pasamanos, grapas… todo tipo de elementos que sirven para garantizar la seguridad de aquellos que deciden lanzarse a practicar esta vertiginosa actividad. El trayecto, además de por los elementos de progresión auxiliar, va acompañado de una “línea de vida”, un cable de acero que protege en caso de caída.
Lo primero y fundamental que debes tener en cuenta antes de iniciar una vía ferrata es elegir la vía adecuada a tus posibilidades físicas y a tu destreza en la materia. Lo segundo que debes considerar es la previsión meteorológica para el día elegido. No olvides llevar contigo un pequeño botiquín, una linterna, ropa de abrigo por si refresca, líquidos para hidratarte y algo de comer.
Sal temprano y piensa que, para hacer frente a los imprevistos, es importante calcular siempre que la duración de la ruta será un poco más larga de lo esperado.
Se recomienda ir acompañado de alguien con experiencia en vías ferratas. En la costa existen diferentes empresas que te ofrecen la posibilidad de formar parte de un grupo reducido para salir a explorar la costa junto a un guía titulado.
¡Saca tu espíritu aventurero! Esta preciosa vía ferrata te espera para que la conozcas tramo a tramo y la disfrutes al máximo oyendo de fondo el sonido del mar. 🧗🏻🌊
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