Muchas veces usamos la palabra “raro” con una connotación negativa. Lo cierto es que aquello a lo que solemos denominar con este término es lo que acaba por suscitar más curiosidad e interés debido a su carácter único y genuino. Hoy queremos que conozcas algunos lugares muy peculiares que puedes encontrar en la Costa Brava y que seguro que no te van a dejar indiferente.
Figuras en las rocas del Paratge de Tudela
Situado en el norte del Cap de Creus, el Paratge de Tudela es uno de los espacios naturales más importantes del territorio catalán a nivel geológico, botánico y marino. Podemos decir que es uno de los rincones más maravillosos y espectaculares de la costa por los que hacer una excursión.
La ruta es de unos seis kilómetros y en ella podrás apreciar su gran particularidad: sus diferentes rocas con forma de animales.
Nada más comenzar a andar te toparás con el mirador del Camell donde hay un gran pedrusco con apariencia de camello que descansa y mira hacia el mar.
Sigue trazando el camino y permanece atento, verás un sinfín de rocas erosionadas con asombrosos colores. En algunos puntos del recorrido descubrirás una roca con forma de conejo, otra con forma de águila y hasta una conforma de elefante. ¡Las identificarás muy fácilmente!
Este singular enclave no tiene desperdicio. Esperamos que te guste tanto como al mismísimo Salvador Dalí, quien quedó completamente embelesado desde el primer momento que lo descubrió. Fíjate si este paraje le pareció sorprendente que se inspiró en sus estructuras para crear algunas de sus obras.
El Museo de los gatos
En Lloret de Mar existe un lugar que seguro que te encantará si eres amante de los gatos.
Es una casa museo que guarda más de diez mil piezas relacionadas con los felinos. En esta galería abierta por Vera Novosyolova encontrarás una colección privada que une sus dos pasiones: el arte y los gatos.
Entre todos los objetos destacan piezas como el típico souvenir del gato japonés que mueve la pata de arriba hacia abajo. También hay sillas, cucharas, vasos, imanes y todo lo que te puedas imaginar en forma o con motivos
gatunos.
Gracias a la coleccionista rusa y a su obsesión por estos animales puedes disfrutar de este paraíso tan minino.
El Cap de Mort
El Cap Mort es una imponente y curiosa roca que se encuentra en el camino que lleva por mar a la playa de Sant Pol (Sant Feliu de Guíxols). Montado en barca o en kayak, tendrás la oportunidad de ver el detalle que guarda en lo más alto.
Hablamos de una forma que la naturaleza ha esculpido para crear una figura impresionante. Al verla desde lejos, ésta recuerda rápidamente a una calavera que parece vigilar a todo aquel que se acerca a este lado de la costa.
Si organizas una salida por la zona, no te olvides de visitar las preciosas calas y cuevas, algunas marinas, que se hallan por aquí.
Museu del Ratpenat
Josep Almar, conocido como el Ratpenat (el Murciélago en castellano) es un maestro artesano amante de los barcos y de las esculturas. Después de mucho trabajo y de largas noches despierto, haciendo honor a su apodo, logró reunir una amplia y curiosa colección privada.
En el valle de Mascanada, en Sant Feliu de Guíxols, podrás encontrar su pequeño museo de estética modernista abierto a todo aquel que lo quiera visitar.
Aquí podrás encontrar salas destinadas a la exposición de antigüedades, herramientas y enseres náuticos, así como maquetas de barcas de pesca artesanales reproducidas a escala. También hay una cocina real de pescadores del siglo XV a la que no le falta detalle.
No te pierdas conocer este maravilloso legado que nos cuenta el pasado reciente de la vida marinera del pueblo de Sant Feliu de Guíxols.
Ahora ya sabes de la existencia de estos lugares alternativos. Recuerda estas cuatro propuestas, son ideales para cuando te apetezca realizar un plan diferente en la Costa Brava.
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