Los días de vacaciones son perfectos para disfrutar de cosas tan sencillas como pararse a contemplar los paisajes tan bonitos que tiene la costa. Si ya estás en tus días de relax, te recomendamos mucho que visites el Castell de la Trinitat. ¡Sus vistas te dejarán sin palabras!
Una fortaleza muy original
El Castell de la Trinitat es un impresionante mirador situado en la localidad de Roses. Desde él se puede divisar la Bahía de Roses, una de las más bonitas del mundo.
Se localiza justo en la punta de la Poncellana, sobre el faro, a unos sesenta metros sobre el nivel del mar. Su posición privilegiada sirvió en su día para controlar y defender la entrada por mar al puerto.
El Castell de la Trinitat no es el típico castillo medieval. Es, más bien, una fortaleza de artillería de costa que fue considerada innovadora para la época en la que se edificó.
Se construyó durante el reinado de Carlos I como complemento esencial de la Ciutadella. En el 1544 se iniciaron las obras y nueve años más tarde, en el 1553, el perímetro amurallado ya estaba construido. Solo faltaba edificar el interior.
El responsable del proyecto fue el ingeniero militar Luís Pizaño, quien ideó una fórmula arquitectónica muy peculiar. Su diseño presenta forma de estrella de cinco puntas con aristas angulares y pronunciadas que permitían una mejor defensa de los proyectiles enemigos.
Cada una de las aristas está bautizada con un nombre:
- Al norte: Punta de Sant Pere de Rodes.
- Al sur: Punta de les Medes.
- Al este: Punta de la Trinitat.
- Al oeste: Punta de Roses.
- La punta que protegía la entrada al castillo se conoce como el revellín.
En interior
Para acceder al interior del castillo se debe atravesar tres puertas. Una vez dentro se aprecian las estructuras completamente derruidas. No se conserva nada de la estructura original. En las paredes se ven señales que ayudan a hacerse una idea de cómo era la distribución de los espacios.
Originariamente, el castillo tenía tres niveles de altura. En el primero había una zona destinada a alojar a los presos o a la guarnición habitual de soldados. También se hallaban aquí las cisternas y las letrinas. Encima, a la altura de la puerta de entrada, había una prisión y estaban las dependencias de los mandos. En la terraza superior, la de menor superficie, se encontraba la iglesia y otros aposentos.
Las dimensiones del castillo son más bien reducidas. La planta es irregular y los muros son muy gruesos y robustos. Disponía de espacio suficiente para ubicar la artillería de defensa de gran tamaño, así como la munición y los víveres necesarios para resistir un largo periodo de tiempo en caso de asedio. Además, contaba con más de doscientos hombres dedicados a proteger la costa desde lo alto.
Después de múltiples batallas, el fortín fue destruido en el 1814. Las tropas inglesas (comandadas por Lord Cochrane) y las españolas decidieron volarlo, ya que no podían proteger la guarnición que defendía el castillo del ataque de las tropas francesas.
El Castell de la Trinitat fue adquirido por el Ayuntamiento en 1990. En 2011, después de ocho años de trabajos de restauración y rehabilitación, por fin pudo ser abierto al público e integrado en el circuito patrimonial y de equipaciones culturales de Roses.
Hoy en día se usa como escenario de diversos actos lúdicos de la localidad y es posible visitarlo a precio reducido.
Si tienes la oportunidad de subir a este castillo, te aseguramos que vas a quedar impresionado por las magníficas panorámicas que se divisan desde allí.
Deseamos que aproveches al máximo tus días libres descansando y descubriendo los rincones más extraordinarios que guarda la Costa Brava. ¡Que los disfrutes!
Leave A Reply