Hay un refrán que dice: “El que busca, encuentra”. Eso fue lo que sucedió precisamente en 1908 cuando empezaron las excavaciones de las ruinas de Ampurias: se hallaron innumerables restos arqueológicos con gran valor tanto histórico como patrimonial.
Descubre con nosotros el increíble legado que las antiguas civilizaciones de Grecia y de Roma dejaron en este lado de la Costa Brava.
Un poco de historia
Este yacimiento grecorromano se sitúa a dos kilómetros de L’Escala y muy cerca de San Martín de Ampurias. El acceso al recinto puede hacerse desde ambos puntos a través de un paseo peatonal ubicado al lado de playa, el cual fue inaugurado con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Estamos ante un yacimiento arqueológico en el que conviven lo que queda de dos poblaciones antiguas: la griega, Emporion, y la romana, Emporiae.
En el siglo VI a. de C. los griegos se asentaron en una isla frente al golfo de Rosas. Más tarde, saltaron a tierra firme y se quedaron en la península ibérica para fundar una nueva ciudad: Neápolis.
La zona por la que se introdujeron se convirtió en la puerta de entrada de la cultura clásica y, sobre todo, de un comercio marítimo. De aquí que Emporion signifique mercado o centro de comercio.
Tiempo después, en el siglo III a. de C., serían los romanos quienes fundaran su propia urbe sobre las estructuras de un campamento militar romano levantado durante el siglo anterior.
Gracias a la actividad comercial marítima que el pueblo griego trajo por primera vez a este enclave, el territorio empezó a gozar de prosperidad durante muchos siglos hasta que llegó el día en que los romanos lo abandonaron definitivamente.
Las ruinas permanecieron ocultas siglos y siglos bajo las dunas, hasta que en 1908 comenzaron las excavaciones que aún hoy continúan. Aunque parezca increíble, ¡solo han visto la luz el 25% de los restos!
Un viaje al pasado
En este magnífico conjunto monumental se revela cómo era el día a día social, comercial y religioso de sus habitantes. Dando un tranquilo paseo, que dividiremos en dos partes, podremos disfrutar de un sorprendente viaje al pasado.
La primera parte del recorrido corresponde a la ciudad griega. Dará comienzo una vez hayamos atravesado la gran puerta de entrada. En este momento, podremos contemplar el centro terapéutico y religioso dedicado a Asclepios, el dios de la medicina. A su lado, observaremos un santuario construido en honor a las divinidades griegas así como casas típicas casas con atrios. Por el camino, no faltan los templos, edificios como la fábrica de salazones, el mercado ni tampoco las canalizaciones que transportaban el agua a las fuentes y a las termas.
A la mitad del camino encontraremos el Museo Arqueológico de Ampurias. Reúne numerosos restos arqueológicos recogidos en Ampurias. Destaca la figura de Asclepios, el dios de la medicina. Se halló en excelente estado de conservación dentro de una cisterna. Sobre las ruinas hay una estatua similar, una fiel reproducción para ser apreciada al aire libre.
La segunda parte del recorrido corresponde a la ciudad romana. Se encuentra en la parte más alejada del mar y posterior al museo. Llaman la atención las viviendas, en concreto la Domus I que se reconstruyó para mostrar la distribución y el mosaico decorativo del suelo, habitual en las casas romanas. Pasaremos por el foro, el espacio público más importante de la ciudad y en el que los habitantes se congregaban para tratar temas relevantes para la comunidad. También veremos un gimnasio, el anfiteatro y la necrópilis. A pesar de que todavía le queda mucho por ser excavada, se sabe que la ciudad romana es mucho más extensa que la griega.
Aunque no seas un/a apasionado/a de la historia clásica, conocer este lugar merece mucho la pena. El entorno idílico y las espectaculares vistas al mar que lo rodean seguro que te van a parecer otro asombroso descubrimiento.
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