Descubre la Cala de la Fosca.
La Cala de la Fosca, un amplio arenal de agua cristalina, está dividida en dos mitades por la gran roca fosca de color negro. Dando así lugar a la Playa de la Fosca y la Playa de Sant Esteve de la Fosca. Ambas pertenecen al municipio de Palamós.
La Cala de la Fosca está formada por arena fina, y por un playa poco profunda con fondo marino de arena lo que la hace adecuada para los niños.
A lo largo de la playa encontrarás un paseo marítimo, donde se ubican algunas preciosas casas de veraneo de mitad del siglo XX. También podemos encontrar diferentes restaurantes en los que podrás disfrutar de platos marítimos, esencialmente de pescado y arroces.
Cuenta con todo tipo de servicios: rampas de acceso y un aparcamiento muy concurrido en la época de verano. Tanto es así que tiene el distintivo de Bandera Azul.
Una travesía de sol y mar.
El recorrido que te proponemos tiene lugar en localidad de Palamós y es posible hacerlo en familia. Su distancia es de aproximadamente 6 km de ida y vuelta. Durante la travesía encontrarás enclaves en los que podrás parar a descansar, protegerte del sol e incluso almorzar en medio de la naturaleza.
Debes iniciar el camino en la Playa de la Fosca para encaminarte en dirección norte, siguiendo el Camino de Ronda. Desde este camino y antes de llegar al Castillo medieval de Sant Esteve de Mar, podrás disfrutar de una panorámica de la Playa de la Fosca al completo y contemplarás sus fondos de arena y sus aguas turquesas.
Los restos del castillo que te encontrarás, pertenecen al Castell de Sant Esteve de Mar, que fue construido por encargo de Pere II El Grande.
Gracias a su ubicación, se convirtió en un enclave importantísimo para Palamós, dando lugar a batallas decisivas para el dominio de la Corona de Aragón en el Mediterráneo, como la famosa batalla de “les Formigues”. El Castell está catalogado además como Bien Cultural de Interés Nacional.
Más adelante, divisarás un conjunto de casas de pescadores emplazadas sobre las rocas que se remontan al siglo XVI: Cala S’Alguer, una las mejores muestras de las barracas de pescadores de la Costa Brava.
Podrás seguir el camino hasta Cala Castell bordeando la cala S’Alguer, pero os recomendamos bajar las escaleras y pasar a visitarla, porque es un enclave único.
A pocos metros, tras dejar atrás la Casa Rosa, llegaremos a un impresionante y extenso arenal virgen, de los últimos que se conservan en la Costa Brava. La Cala Castell, está rodeada de bosques de cañas y campos de cultivo. Si fijamos nuestra vista al norte, veremos una pequeña montaña, llamada l’Agulla de Castell, en la que divisarás la preciosa cala de “la Foradada”, a la que se accede por mar, y especialmente en kayak.
Tómate unos minutos de descanso antes de iniciar el camino de vuelta y disfruta de unas fantásticas y únicas vistas al mar.
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