Cala Jóncols
Salvaje, rocosa y con rodeada de acantilados; así es Cala Jóncols, un refugio para los amantes de las calas vírgenes y tranquilas, además de un paraíso para los aficionados al submarinismo. No es una playa recomendable para quien desee tomar el sol largo y tendido, ya que es de superficie rocosa. Pero sí lo es para los que busquen un lugar alejado del tumulto de Rosas.
Cala Estreta
Pregunta a cualquier habitante de Palamós por la mejor playa del mundo y con toda seguridad responderá “Cala Estreta”. Una buena y mala noticia: en verano se limita el tráfico rodado, por lo que acceder a la playa llevará unos 45 minutos. Pero el esfuerzo vale la pena, ya que la luminosidad y espectacularidad del espacio es digno de ver.
Cala Culip
No hace demasiados años, el acceso a Cala Culip lo regulaba el Club Med. Al cerrar el establecimiento, en 2004, la cala se abrió al público. Desde entonces, todo el mundo puede disfrutar de esta pequeña playa, de arena gruesa, que esconde maravillas geológicas en sus aguas, pues es un reconocido fondo de restos de embarcaciones de la Grecia y Roma antiguas.
L’Illa Roja
El nombre de esta playa hace referencia al tono rojizo de la roca que, como las fauces de una ballena, emerge de la orilla. Nuevamente, hablamos de una playa de acceso no apto para todo los públicos, pues a partir del desvío en el Camino de Ronda se tiene que caminar bastante. Pero esto la convierte en un lugar tranquilo, alejado de la vida urbana, e ideal para desnudarse y tomar el sol. Sí, es una de las pocas playas nudistas de la Costa Brava central.
Cala Futadera
En las redes de GHT Hotels hemos mencionado en repetidas ocasiones esta cala, también conocida como “la de los 300 escalones”, que son los que deben bajar —y subir— aquellos que quieran vivir la costa en esta playa rodeada de pinos y agua cristalina. En verano es frecuente encontrar varias embarcaciones en la orilla de la playa, pero acostumbra a haber overbooking. Una auténtica joya.